Saltar al contenido

CLUNIA SUBTERRÁNEA

La ubicación de la Clunia romana responde a una meditada decisión. Situada en un cerro extenso y con una posición dominante sobre el territorio, el agrimensor romano estudio detenidamente el lugar antes de situar la ciudad donde la conocemos. Una vez que supo de la reserva de agua subterránea decidió su ubicación en el Alto de Castro, sobre lo que hoy conocemos como Cueva Román.

HISTORIA DE CUEVA ROMÁN

Como toda buena historia, esta comienza fruto de la casualidad y de los trabajos que hacia 1900 estaba realizando el señor Román Juez Peñalba, en la ladera norte del Alto de Castro, para la construcción de una bodega. Cuál fue su sorpresa cuando se encontró con una galería, ya trabajada, que resulto ser el camino de entrada hacia las profundidades del Alto.

 

Su exploración ha deparado muchas sorpresas a los intrépidos que se adentraron en sus profundidades. Se hallaron diversas galerías naturales,  modificadas en algunos tramos de su trazado por los romanos, para dar servicio a la ciudad. Las galerías constituyen  en sí mismas un autentico yacimiento arqueológico en el que estudiar las labores llevadas a cabo por los ingenieros romanos para el aprovechamiento del agua.

USO Y DISFRUTE EN ÉPOCA ROMANA

Cueva Román es un conjunto cárstico formado por galerías y lagunas subterráneas que alimentaban los manantiales que afloraban en las laderas del cerro, y que pudo ser explotado desde la ciudad mediante la realización de pozos. Este recurso natural, es una verdadera infraestructura urbana, propia de una ciudad y tratada como tal. En su interior se aprecian los trabajos realizados para su aprovechamiento, como los canales de interconexión de lagunas, así como las inscripciones que atestiguan la presencia de distintos personajes en el interior y la condición social de los mismos. Como en cualquier obra de ingeniería, los magistrados de la ciudad supervisaban las acciones de mantenimiento necesarias para el abastecimiento de agua. Dejaron constancia en su interior (IIII VIRI VENERUN) de los trabajos realizados. La ciudad obtenía el agua del subsuelo mediante pozos. De esos pozos, unos daban directamente a las lagunas y otros captaban las aguas del nivel freático.

En una pequeña cavidad de la cueva se encuentra un conjunto de figuras itifálicas, y máscaras, en barro fresco de las mismas galerías, algunas de ellas con inscripciones realizadas con los dedos o algún objeto punzante. Inicialmente se consideró este espacio como un santuario o lugar con un cierto carácter mágico o sagrado, sobre todo por la presencia de las representaciones fálicas, que suelen asumirse a Príapo. Por eso este espacio, inicialmente conocido como “Santuario Priápico”, constituye un interesante conjunto, destacable no sólo por un valor simbólico que se nos escapa, sino también por el valor social que encierra. Y es que el conjunto está también acompañado por una serie de inscripciones, repartidas en distintos puntos de las galerías, testimoniando su frecuentación por parte de personajes destacados socialmente dentro de la ciudad.

El vínculo de unión entre este mundo subterráneo y el exterior vendría representado por los numerosos pozos con los que se fue horadando el suelo de la ciudad.

ABANDONO DE SU UTILIZACIÓN

Los problemas con el suministro de agua parece que pudieron comenzar con la construcción del teatro y su incidencia en los niveles de agua del espacio subterráneo. Pero eso fue solo el inicio de los problemas. La crisis hídrica consecuencia de la sobre explotación del acuífero, la perdida de relevancia de la ciudad, la presupuesta reducción de población en el Alto, etc., se vio acompañada por el sellado de los pozos con los que la ciudad se había abastecido hasta ese momento.

 

La excavación de uno de esos pozos de la ciudad permitió constatar que fue cegado de una sola vez y que, se utilizó para ello tierra de escombrera y desechos de la propia ciudad. Estos elementos nos hablan del deterioro de la ciudad y del abandono no solo de las edificaciones en superficie sino también del sistema subterráneo del que se había venido abasteciendo.

 

Los trabajos realizados en los últimos años entre el GTE de la Universidad de Zaragoza y el Equipo de Investigación del yacimiento, comienzan a dar respuesta a algunas de las preguntas que este entorno, tan singular como único, nos plantea.